El poder de Kobosil y el 44 Label Group en Respira Festival

Respira Festival volvió a marcar un precedente en la escena electrónica chilena. Dos días, 24 horas de música sin parar y un line up que no dejó a nadie indiferente: Nico Moreno, Basswell, I Hate Models, Korolova, entre otros nombres internacionales que dieron forma a una rave que quedará en la memoria colectiva.

Pero el viernes 18 de abril, el segundo día del festival, tuvo un sabor especial. Un giro sonoro y simbólico que convirtió a esa jornada en lo que muchos llamaron el “día no oficial del 44 Label Group”. Y no era para menos: cuatro artistas vinculados al influyente sello alemán se tomaron el Teletech Stage y el escenario principal.

Ueberrest: El debut

La jornada partió temprano, exactamente a las 14:03, con el debut de Ueberrest. En la cabina, su presencia era sólida y determinada. Detrás de él, Somewhen lo acompañaba mientras un grupo de fans flameaba una bandera chilena con el logo del sello, listos para entregarse al techno. Ueberrest demostró su versatilidad con una selección de tracks contundentes como Cryptic, The Heat y All You Want. Su set fue directo y sin rodeos, marcando el tono para lo que vendría después.

Kander: Teletech y 44 Label

Luego vendría Kander, quien si bien participaba del festival como label head de Teletech, también ha sacado música bajo el alero de 44. Su presentación fue un viaje oscuro y potente, que arrancó con Lucifer de Gockel y encendió la pista. El shranz se tomó la escena. Temas como Radiance de Kobosil y el ya infaltable Dibby Sound reforzaron la narrativa de un techno duro y oscuro.

Rikhter: Una atmósfera misteriosa

El siguiente en la línea fue Rikhter, quien llegó con un formato live cargado de energía oscura. Su música envolvió la carpa en una atmósfera misteriosa, densa, mecánica y profundamente marcial. Su propuesta fue física y emocional a partes iguales: un ritual donde los beats parecían ser una llamada hipnótica al trance colectivo.

Foto: Esteban Diaz

Somewhen: Fiesta total

Cuando Somewhen tomó el control de la cabina, la carpa se transformó en una fiesta total. Con un estilo inconfundible, sonidos juguetones y voces que parecían susurrar “estremece tu cuerpo”, el baile se volvió inevitable. La música oscilaba entre el techno más enérgico y guiños más lúdicos que pusieron a todos a mover los pies sin parar. Durante su set, Kobosil apareció en escena, se colgó la bandera chilena en la espalda y el entusiasmo en la carpa explotó. La carpa estaba llena, y la conexión entre artistas y público era total.

Kobosil: La cátedra de poder

El cierre de esta secuencia llegó con Kobosil en el escenario principal. Una hora y media de pura intensidad, donde el hard techno y el schranz se entrelazaron con una técnica quirúrgica y una lectura precisa de la pista. Fue brutal, inteligente y completamente distinto al resto de sets del festival. Cada transición estaba pensada, cada golpe retumbaba con intención.

Kobosil demostró por qué está donde está, y por qué se ha convertido en un referente global. Porque cuando los tiempos son difíciles, la música también necesita ser dura. Y él lo sabe mejor que nadie.